En noviembre de 1990 fundé un espacio para poder atender a familias, niños y adolescentes en el ámbito psicopedagógico, relacional y emocional. Quería llamarle con una palabra griega y que hiciera referencia a una montaña, simbolizando el ir arriba y tener una buena base para crecer sanos, representando el espíritu de superación y el camino hacia el crecimiento personal.
Fue así como llegué a descubrir en Tesalia, en medio de Grecia, los Meteors, el pintoresco conjunto de peñascos coronados por monasterios. Uno de ellos se llama KIONA, me pareció que esa palabra tenía una buena sonoridad y daba sentido a todo lo que estaba buscando.
Así nacía Kiona, un centro que ha ido cambiando a lo largo de los años tal y como yo he crecido como profesional del acompañamiento.
En 1998 incorporamos la atención y terapia a adultos, parejas y familias, convirtiendo a Kiona en un espacio holístico donde acompañar a personas en cualquier etapa de su vida.